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Miercoles 9 de marzo de 2011
Los cuatro ejemplares de alimoche marcados con un sistema satélite por WWF el pasado agosto para hacer un seguimiento de su ruta migratoria y de las amenazas que encuentran en ella, están ya de vuelta a España, a las Hoces del Riaza, donde tienen su zona de nidificación, según ha informado esta organización.
Tras casi seis meses en la franja del Sahel, en el África subsahariana, las aves sobrevuelan en estos momentos el desierto del Sáhara antes de llegar al Estrecho y atravesar la Península Ibérica.
El viaje de estos cuatro alimoches, 'bautizados' como Vega, Sahel, Duna y Trigo, desde África hasta las Hoces del Riaza, en Segovia, desde donde partieron en septiembre de 2010, puede ser seguido por cualquier ciudadano en la web (www.elviajedelalimoche.com) que la ONG ha dispuesto para concienciar de los problemas con los que se encuentra esta especie amenazada.
En esa página puede apreciarse cómo Vega, una de las aves adultas, ha sido la primera en levantar el vuelo, cómo en días sucesivos dos alimoches más, Sahel y Duna, también han emprendido el viaje y sólo uno de los alimoches, Trigo, continúa en la zona de invernada.
A lo largo de seis meses en la franja del Sahel (África), los alimoches Trigo y Vega se han quedado en la misma zona, el sur de Mauritania, exactamente el mismo área en que vivió Vega durante el invierno de 2009.
Duna, sin embargo, ha visitado tres países diferentes: Mauritania, Malí y Senegal.
Sahel, el más joven de todos, se ha desplazado más de 1.000 kilómetros hacia el oeste, llegando a la costa mauritana, desde donde ha emprendido el vuelo de vuelta.
A los cuatro alimoches les toca enfrentarse ahora a su etapa "más peligrosa", la de la Península, advierte WWF, ya que marzo es uno de los meses de mayor uso de cebos envenenados en el campo, la principal amenaza para una rapaz que se encuentra en serio peligro de desaparición en España.
A estos problemas hay que añadir posibles choques contra aerogeneradores y electrocuciones con tendidos eléctricos.
En caso de que se de alguna de esas situaciones, los emisores permitirán detectar por GPS dónde se encuentra el alimoche "e intervenir de forma inmediata ante un caso de envenenamiento".
En esta línea, WWF solicita al Ministerio de Medio Ambiente que impulse proyectos para detectar y conocer las principales áreas de invernada y rutas migratorias del alimoche, una especie que ha sufrido un descenso en la Península Ibérica de cerca del 25% de su población.
Desde 1995, WWF han contabilizado cerca de 200 alimoches muertos por envenenamiento en toda la península.
Efe.
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