Los detalles del proyecto de ley sobre cambio climático en Estados Unidos se conocerán, finalmente, este miércoles. Si bien el anuncio será hecho en horas de la tarde, la información que ya se ha filtrado a los periodistas ha sido suficiente para provocar críticas entre los ambientalistas.
El documento -que será presentado por el senador demócrata John Kerry y el senador independiente Joseph Lieberman- propone reducir las emisiones de dióxido de carbono en 17% para 2020, tomando como punto de referencia 2005.
Ésto significa un retroceso respecto a las medidas aprobadas en noviembre, que fijaban una reducción del 20%.
Para 2050, la meta es reducir las emisiones en 80%.
Otro punto importante del proyecto de ley es la flexibilización de las restricciones a la explotación petrolera en alta mar. Si bien la idea es estimular la extracción de crudo en la costa atlántica, los estados costeros podrán vetar planes en este sentido, aunque esto les haga perder las regalías propuestas por el gobierno si aprueban estos proyectos, que representan un 37,5% de las ganancias.
En marzo, Obama ya había anunciado que flexibilizaría las restricciones en este sentido, lo cual, en opinión de muchos analistas, tenía como fin ganar apoyo entre los republicanos para sacar adelante el proyecto de ley.
Pero éste será, sin duda, uno de los temas más criticados por los ambientalistas. Sobre todo, porque parece no tomar en cuenta el derrame de crudo que se inició hace más de dos semanas en las costas del Golfo de México -que amenaza con convertirse en uno de los peores desastres ambientales del país- y aún no ha logrado contenerse.
Según le dijo Lieberman al New York Times, poco antes de que se conocieran los detalles del documento, si bien el derrame en el Golfo de México es un tema preocupante, el gobierno está muy interesado en lograr una mayor independencia energética, y una de las formas es ampliando la producción doméstica de petróleo.
Incentivos
El texto también propondrá fijar un precio a las emisiones de carbono de los grandes emisores como, por ejemplo, las centrales energéticas alimentadas con carbón.
En cambio, quedarían exceptuados los establecimientos agrícolas y las empresas pequeñas y medianas.
Por otra parte, el proyecto contempla ofrecer incentivos (de cerca de US$2.000 millones al año) para las empresas que desarrollen tecnologías limpias, entre las que se incluyen también sistemas de captura y almacenamiento de carbono.
Incluye también -y esto puede servir para "endulzar" a quienes se oponen al documento- estímulos económicos para el desarrollo de la energía nuclear.
¿Cuándo?
Lo que aún no está claro es cuando se discutirá el proyecto. Ahora que las leyes de inmigración se han convertido en la prioridad de la agenda política y con elecciones legislativas dentro de pocos meses, muchos dudan de que sea incluso discutido este año.
John Kerry, senador demócrata
Si tras las elecciones los demócratas pierden la mayoría en el congreso, convertir este proyecto en ley se tornaría aún más difícil.
"Todos saben que ésta es la última (...) oportunidad para que se apruebe una ley amplia e inclusiva sobre clima y energía", aseguró Kerry.
Si no se aprueba, el congreso "será incapaz de resolver el tema", añadió el senador demócrata.
Cabe recordar que Estados Unidos es el país que más CO2 emite en el mundo, después de China.
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