Los cinco días desde que comenzaron las inundaciones en la zona noroeste de Afganistán han aumentado el número de víctimas mortales. El elemento no típico para aquel país de Asia Central le quitó la vida a más de 100 personas.
Las intensas lluvias causaron enormes daños económicos. Están totalmente destruidas casi 2 mil viviendas y 3.500 más están dañadas. Varias hectáreas de tierras agrícolas quedaron arruinadas.
El Gobierno del país, junto con las Naciones Unidas, está socorriendo a los sobrevivientes. Se envían productos alimenticios a las regiones afectadas y se organizan refugios temporales.
No cabe duda de que la inundación permitirá el miércoles 12 de mayo al presidente de Afganistán, Hamid Karzai, plantear la cuestión de ayuda extraordinaria a su país ante su par estadounidense, Barack Obama. El líder de EE. UU. lo recibirá en la Casa Blanca en Washington.
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