viernes, 15 de enero de 2010 - 14:44
Un minuto más para el Juicio Final
El llamado Reloj del Juicio Final, que indica los "minutos para la medianoche" que le restan a la raza humana para su destrucción total, retrasó las manecillas un minuto.
El mecanismo, creado en 1947 por el Boletín de Científicos Atómicos (BAS, por sus siglas en inglés) en Chicago, marca ahora seis minutos para la medianoche.
La decisión se tomó tras consultar a un panel de expertos que incluye a 19 Premios Nobel, y fue adoptada por la “situación esperanzadora en el plano internacional”, en lo que supone el ajuste número 18 desde que se creó el reloj.
La última vez que se ajustó fue en enero de 2007 cuando marcó cinco minutos para la medianoche debido a la amenaza del calentamiento global que se agregó a la de guerra nuclear.
Esperanza
Al anunciar esta decisión, la junta del BAS dijo que ahora había "más voluntad política" para luchar contra el "terror de las armas atómicas" y "un cambio climático desbocado".
"Reconocemos los signos de colaboración entre Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea, India, China, Brasil y otros sobre seguridad nuclear y la estabilización del clima", afirmaron los portavoces de la junta durante una rueda de prensa en Nueva York.
Sin embargo, tal como apunta el especialista de la BBC, Dee Sebastian, el organismo advirtió a los científicos que el reloj sigue haciendo tic-tac.
"Al retrasar el reloj sólo un minuto queremos hacer hincapié en que todavía queda mucho por hacer", afirmaron.
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Crisis de Cuba
El reloj fue creado en plena Guerra Fría, tan sólo dos años después de que EE.UU. lanzara dos bombas atómicas contra Japón forzando su rendición en la Segunda Guerra Mundial.
Entonces el reloj marcaba siete minutos para la medianoche, alcanzando su momento más crítico en 1953 cuando llegó a estar a dos minutos después de que EE.UU. y Rusia lograran desarrollar y probar sus primeras bombas termonucleares.
El mejor momento llegó en 1991 al término de la Guerra Fría y cuando las potencias se embarcaron en reducir sus stocks nucleares.
Irónicamente, durante la crisis de los misiles en Cuba de 1962 que estuvo a punto de provocar una guerra nuclear entre EE.UU. y Rusia, el reloj marcaba 12 minutos para la medianoche, demostrando que no está preparado para reflejar crisis de corta duración.
miércoles, 6 de enero de 2010 - 15:01
Un minuto más para el Juicio Final
El llamado Reloj del Juicio Final, que indica los "minutos para la medianoche" que le restan a la raza humana para su destrucción total, retrasó las manecillas un minuto.
El mecanismo, creado en 1947 por el Boletín de Científicos Atómicos (BAS, por sus siglas en inglés) en Chicago, marca ahora seis minutos para la medianoche.
La decisión se tomó tras consultar a un panel de expertos que incluye a 19 Premios Nobel, y fue adoptada por la “situación esperanzadora en el plano internacional”, en lo que supone el ajuste número 18 desde que se creó el reloj.
La última vez que se ajustó fue en enero de 2007 cuando marcó cinco minutos para la medianoche debido a la amenaza del calentamiento global que se agregó a la de guerra nuclear.
Esperanza
Al anunciar esta decisión, la junta del BAS dijo que ahora había "más voluntad política" para luchar contra el "terror de las armas atómicas" y "un cambio climático desbocado".
"Reconocemos los signos de colaboración entre Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea, India, China, Brasil y otros sobre seguridad nuclear y la estabilización del clima", afirmaron los portavoces de la junta durante una rueda de prensa en Nueva York.
Sin embargo, tal como apunta el especialista de la BBC, Dee Sebastian, el organismo advirtió a los científicos que el reloj sigue haciendo tic-tac.
"Al retrasar el reloj sólo un minuto queremos hacer hincapié en que todavía queda mucho por hacer", afirmaron.
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Crisis de Cuba
El reloj fue creado en plena Guerra Fría, tan sólo dos años después de que EE.UU. lanzara dos bombas atómicas contra Japón forzando su rendición en la Segunda Guerra Mundial.
Entonces el reloj marcaba siete minutos para la medianoche, alcanzando su momento más crítico en 1953 cuando llegó a estar a dos minutos después de que EE.UU. y Rusia lograran desarrollar y probar sus primeras bombas termonucleares.
El mejor momento llegó en 1991 al término de la Guerra Fría y cuando las potencias se embarcaron en reducir sus stocks nucleares.
Irónicamente, durante la crisis de los misiles en Cuba de 1962 que estuvo a punto de provocar una guerra nuclear entre EE.UU. y Rusia, el reloj marcaba 12 minutos para la medianoche, demostrando que no está preparado para reflejar crisis de corta duración.
miércoles, 6 de enero de 2010 - 15:01
Más ruido y confusión en el mar por CO2
Mucho se ha hablado hasta ahora de la acidificación de los océanos por el aumento de las emisiones de dióxido de carbono y sobre el impacto devastador que este fenómeno tiene sobre los arrecifes de coral.
Sin embargo, un nuevo aspecto hasta hace muy poco tiempo desconocido es el efecto del incremento del C02 en la capacidad de las aguas oceánicas para absorber el sonido.
Esto podría tener serias consecuencias no sólo para la fauna marina sino también para todos los sistemas que se basan tecnología acústica, como los sonares o los aparatos para detectar la presencia de movimientos telúricos.
Según un estudio llevado a cabo recientemente por Richard E. Zeebe y Tatiana Ilyna de la Universidad de Hawai, la concentración de sustancias químicas que absorben el sonido en los océanos del mundo ha disminuido -y continuará decayendo- a raíz de la acidificación de los océanos.
Al haber menos sustancias químicas que amortigüen los ruidos, estos pueden viajar más lejos y por lo tanto, el espacio marino se torna más ruidoso.
Los sonidos a los que hace referencia el estudio son aquellos que normalmente están presentes en las aguas del mar, como por ejemplo el ruido que hacen los barcos en su travesía y que caen en el rango de frecuencias relativamente bajas (entre 1.000 y 5.000 Hz).
Interferencias
La bulla no se sentirá de la misma manera en todas partes. El informe señala que será más marcada en las latitudes altas y en las regiones de aguas más profundas -donde la disminución del pH será mayor-, donde se estima que la absorción acústica puede llegar a disminuir en 60% para 2100.
Los impactos serán muchos, le dijo a BBC Mundo Zeebe, uno de los autores del estudio. "Esto puede acarrear consecuencias preocupantes para cualquier sistema basado en tecnología acústica, como los sonares o los dispositivos que estudian los movimientos sísmicos".
Es importante notar que los sonares tienen múltiples aplicaciones no sólo civiles, sino también científicas y militares: lo utilizan los buques, los submarinos y también -entre otros- los torpedos.
Por otra parte, las consecuencias "las sentirán probablemente los mamíferos que dependen para orientarse de ciertos sonidos en determinadas frecuencias", señala el investigador.
Si el sonido de fondo, más fuerte por la mayor concentración de CO2, se superpone con los ruidos que producen los animales que utilizan el sonido como su brújula o para comunicarse, "esto puede tener un efecto negativo".
"Aunque por otro lado", añade Zeebe, "puede traer beneficios, ya que los mamíferos podrán también comunicarse con sus pares a distancias mayores.
Mitigación
Estudiar las consecuencias exactas para la vida marina así como el efecto específico de la mayor presencia de ácido en el océano sobre las distintas frecuencias será el siguiente paso para los investigadores de la Universidad de Hawai.
Sin embargo, ya han advertido que la única opción para minimizar su impacto es reducir las emisiones de dióxido de carbono generadas por la actividad humana.
"Lo única alternativa viable es reducir las emisiones de CO2 ya que el problema del sonido es sólo uno de los efectos negativos. El más severo es el impacto sobre los corales, con todas sus implicaciones", dice Zeebe.
"Y", añade, "ninguna de las soluciones que se han propuesto para evitar el calentamiento global ayudan a evitar la acidificación de los océanos".
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viernes, 8 de enero de 2010 - 04:19
¿Por qué hace daño el frío?
¿Por qué hace daño el frío?
Es un hecho que cuando disminuye la temperatura se incrementan las enfermedades, pero ¿qué es lo que provoca que el frío dañe nuestra salud?
Estudios llevados a cabo en el Reino Unido muestran que por cada grado que cae la temperatura debajo de los 18ºC (grados centígrados) aumentan las muertes en cerca de 1,5%.
Las personas más vulnerables a estos cambios suelen ser los ancianos y las personas con sistemas inmunes comprometidos, pero todos podemos estar en riesgo.
Y no sólo se trata de resfriados o gripes. Cuando caen las temperaturas aumentan también los infartos y derrames cerebrales.
Esto se debe a que cuando el cuerpo se enfrenta al frío pierde calor más rápido que el que produce y los vasos sanguíneos de la piel se contraen para conservar el calor.
La composición de la sangre también cambia con el frío. El corazón tiene que trabajar con más fuerza para bombear la sangre a través de los vasos contraídos mientras que los cambios en la concentración sanguínea aumentan el riesgo de coágulos y de los problemas que provocan.
Riesgos cardíacos
Según la Federación Británica del Corazón "cada vez hay más evidencia que sugiere que los infartos están vinculados a las condiciones extremas de clima, especialmente a las temperaturas frías".
"Si usted tiene algún problema cardíaco y va a salir al clima frío debe evitar hacer esfuerzos repentinos, por ejemplo, ponerse a palear la nieve o a empujar un auto".
"En clima extremadamente frío es mejor permanecer en el interior".
Otro riesgo de las temperaturas frías son las infecciones.
Si usted sale al exterior y siente frío en la parada del autobús no se provocará un resfriado.
Pero las bajas temperaturas hacen a la gente más susceptible a cualquier virus que esté circulando en ese autobús.
El aire frío afecta la forma como el tracto respiratorio nos protege de enfermedades, ya que produce una mucosidad más densa y pegajosa que es menos efectiva para deshacerse de los patógenos intrusos, como los virus.
También hay evidencia que sugiere que infecciones como la influenza o gripe, son más capaces de atacar al máximo a la persona cuando hace frío.
Los científicos han descubierto que en temperaturas bajas el virus desarrolla una capa dura y flexible, una especie de recubrimiento robusto que incluso es resistente a los detergentes.
Una vez que el virus entra al tracto respiratorio esta capa protectora se derrite para poder infectar con facilidad a su nuevo huésped.
Esta teoría podría explicar por qué los virus de la gripe parecen ser mucho más virulentos en los meses de invierno.
Los mayores
Pero son los ancianos los que a menudo sufren más cuando bajan las temperaturas.
Fisiológicamente, los vasos sanguíneos de estas personas son más susceptibles a la coagulación y ya que la mayoría son pensionados o desempleados es más probable que sus finanzas no les permitan subir la calefacción.
Además son ellos quienes más utilizan el transporte público y a menudo están más aislados socialmente, lo cual hace más difícil detectar si sufren algún problema.
"Uno de los efectos del envejecimiento es que tu cuerpo es menos capaz de regular la temperatura" afirma Andrw Harrop, director de política de las organizaciones británicas de ayuda Age Concern y Help the Aged.
"Esto los hace menos capaces de juzgar si tienen frío o calor".
"Y al no poderse mantener adecuadamente calientes tienen más riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con el frío, lo cual contribuye a las miles de muertes de personas mayores que vemos en invierno cada año".
Tal como explicó a la BBC el doctor Gavin Donaldson, especialista en medicina respiratoria de la Universidad de Londres, "recientemente ha habido mucho interés en el clima cálido y el calentamiento global, pero en países como el Reino Unido estamos teniendo cada vez más días con temperaturas frías".
"Realmente necesitamos poner de manifiesto que el invierno puede ser muy peligroso, particularmente para los ancianos".
"Necesitamos prepararnos mejor. En el verano solemos tener campañas que dicen a la gente que se mantenga hidratada y protegida del sol. Y aunque suene condescendiente, es necesario comenzar a decirle al público que se abrigue y se cubra con guantes y sombrero y que si va a llevar a cabo un trayecto largo que lleve un termo con una bebida caliente".
Los expertos afirman que es clave mantener la temperatura de nuestros hogares en entre 18ºC y 21ºC.
La hipotermia puede ser un riesgo cuando la temperatura en nuestra casa es menor a los 5ºC, pero si pasamos más de dos horas a 12ºC esto provocará un aumento en la presión arterial, lo cual a su vez incrementa el riesgo de un infarto o derrame cerebral.
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viernes, 8 de enero de 2010 - 14:19
¡Qué frío! ¿Y el calentamiento?
Londres: -3ºC, Moscú: -19ºC, Viena: -6ºC, México: 7ºC, Miami: 3ºC. Temperaturas invernales extremadamente inusuales para el hemisferio norte.
Dadas las circunstancias, no es del todo sorprendente que muchos se pregunten, alzando las cejas, "¿Qué pasó con el calentamiento global?".
La respuesta de los científicos es inequívoca: "Es indudable que en los últimos cien años el mundo se ha calentado", le dijo a la BBC Rob Varley, investigador de la Oficina Meteorológica del Reino Unido (Met, por sus siglas en inglés), "y está claro que las temperaturas seguirán aumentando. El hecho de que mi jardín esté un poco más nevado en estos días, no modifica eso en un ápice".
Si bien las temperaturas heladas pueden inducirnos a creer que lo que está ocurriendo es precisamente lo contrario, los expertos advierten que no hay que confundir el clima con el estado del tiempo.
El tiempo es la variación climática que ocurre día a día o mes a mes. El clima, en cambio, es el estado del tiempo durante un período de 30 años y eso, afirman los expertos, es lo que está cambiando.
Conclusiones apresuradas
Según le explicó al diario británico Telegraph Stephen Dorling, experto en Ciencias Medioambientales de la Universidad de East Anglia, en el Reino Unido, no es correcto sacar conclusiones de un hecho aislado, ya se trate de una ola de frío o de una de calor, ya que estos eventos forman parte de la variabilidad del clima.
Lo que hay que tomar en cuenta, señala Dorling, son las tendencias del clima a largo plazo, que son las que ofrecen evidencias más firmes sobre los cambios que ocurren en el clima.
Nigel Taylor, curador del Jardín Botánico de Londres, Kew Gardens, coincide con Dorling.
"Hay que evitar las interpretaciones de corto plazo", le djio Taylor a la BBC. "Si analizas lo que está sucediendo con las plantas a largo plazo, es evidente que un invierno frío no representa el final del calentamiento global".
Los registros de Kew, que datan de hace 50 años, muestran claramente como la floración de las plantas está comenzando cada vez con mayor anticipación, a raíz del aumento de las temperaturas.
Más motivos
Y los argumentos siguen sumándose.
Para agosto de 2009, la Met pronosticó un verano seco y caluroso, un error que se disipó muy pronto con la llegada de lluvias y un calor que nunca llegó a materializarse. Para diciembre y enero el pronóstico auguraba un invierno templado y lluvioso. Nuevamente, el anuncio fue errado.
Pero, para los científicos, estos errores no son más que una confirmación de que el clima está cambiando: según los expertos, una de las consecuencias del cambio climático es precisamente la imposibilidad de hacer predicciones acertadas de uno a seis meses, debido a que el calentamiento global está interfiriendo con los patrones del clima, que ya no siguen su curso habitual.
Algo que también parece confirmar el estado del tiempo en otras regiones del globo. Según la Met, si bien algunas regiones del hemisferio norte están sufriendo temperaturas heladas inusuales, otras regiones como Alaska, Canadá o el Mediterráneo se ven actualmente afectadas por temperaturas más cálidas que de costumbre.
Por otra parte, es importante notar que, como le dijo a BBC Mundo Alberto Arribas, otro investigador de la Met, "los modelos y simulaciones elaborados por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) muestran que el cambio climático podrá dar lugar a un incremento en el número de los fenómenos extremos en el futuro".
Entonces, aunque esta ola de frío no pueda atribuirse directamente al calentamiento global, "sí podemos decir que un aumento en la cantidad de fenómenos extremos es consistente con las simulaciones", aclara Arribas.
Mientras tanto, los servicios meteorológicos anuncian que el fin de la ola de frío aún no está cerca, lo que probablemente continuará alimentado las dudas y cuestionamientos sobre el calentamiento global.
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