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Sabado 11 de Junio de 2011
Hace unos días, Gastón Acurio preguntó si la chicha morada podría tomarse en todo el mundo igual que la Coca-Cola. Una interrogante que hizo pensar a muchos sobre el futuro prometedor de una de nuestras bebidas más importantes.
La Real Academia Española (RAE) describe a la chicha como una “bebida alcohólica que resulta de la fermentación del maíz en agua azucarada, y que se sirve en varios países de América”.
Sus orígenes se remontan a la época prehispánica, en donde era preparada con fines medicinales y, luego, ceremoniales. En el libro “Las Costumbres Antiguas del Perú”, Blas Valera escribe que este vino “se hizo en el Perú desde tiempos antiquísimos por vía de la medicina, vino a ser tenido como regalo y bebida para celebrar su fiesta”.
DE COLOR MORADO
La morada es una de las tantas variedades de chicha que tenemos en el Perú. A diferencia de la de jora o la de cacao, esta es un refresco no fermentado. Sin embargo, Sergio Zapata Acha en su libro “Diccionario de gastronomía peruana tradicional” señala que “antiguamente la chicha morada era ligeramente fermentada”.
“La chicha morada es una bebida refrescante elaborada a partir del maíz morado (variedad peruana culli o ckolli), con algunas frutas como piña o membrillo, junto con especias (clavo y canela), y que, una vez filtrada y antes de servir, se le agrega azúcar, frutas cortadas en pequeños trozos, jugo de limón y hielo”, dice Zapata.
Aida Tam Fox en su libro “Vocabulario de la Cocina Limeña” dice que los conquistadores adaptaron el uso de la chicha y la preparaban de una manera particular. “Molían el maíz, la harina resultante era cernida y amasada con agua y sal”.
“Aunque hay países que ya consumen la chicha morada, se conoce que su origen es peruano, y de ello no cabe duda. Es en la zona de la sierra del Perú, donde se cultiva básicamente este maíz; sin embargo, es Lima y las ciudades de la costa quienes acogen el refresco y lo instalan como acompañante dentro del gran festín de platos criollos de nuestra diversa gastronomía”, escribió Cecilia Portella en uno de sus artículos.
Sobre sus propiedades medicinales hay que decir que un reciente estudio señaló que “las antocianinas contenidas en el pigmento del maíz morado actúan como antioxidantes en el colon. Además, regula el nivel de colesterol, reduce los niveles de azúcar, es antiinflamatorio, mejora la circulación sanguínea, ayuda a la regeneración de tejidos y evita la fragilidad capilar”.
Medicinal, sabrosa y, por sobre todas las cosas, criolla. Esa es nuestra chicha morada, que por estos días ha sido propuesta como una bebida universal. “Por qué no podemos soñar con que el maíz morado se convierta en chicha morada y que el mundo la consuma tanto como la Coca-Cola”, dice nuestro más famoso chef. ¿Puede ser posible? Quizá, igual… nada cuesta soñar.
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