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Martes 24 de Mayo de 2011
Las fastidiosas vuvuzelas, esas trompetas largas de plástico que se volvieron famosas durante la última Copa Mundial, no sólo causan contaminación de ruido sino que también pueden propagar infecciones.
Ésa es la conclusión de un estudio que afirma que un soplido corto del instrumento puede crear una corriente de saliva similar a un estornudo, la que viaja a una velocidad de cuatro millones de partículas microscópicas por segundoAsí, en establecimientos concurridos, una persona que sopla una vuvuzela puede contagiar a muchos individuos con infecciones como influenza o tuberculosis, afirma la investigación publicada en la revista PLoS One.
Actualmente los organizadores de las Olimpiadas de Londres 2012 están considerando si permitir o no las vuvuzelas durante las competencias.
Aerosoles peligrosos
Los aerosoles, las partículas microscópicas de saliva suspendidas en el aire, juegan un papel muy importante en la propagación de enfermedades transmisibles.
El contagio con aerosoles puede ocurrir a través del aire, cuando las gotas contaminadas que exhala un individuo infectado son inhaladas por otro individuo susceptible.Y también puede ocurrir cuando las gotas microscópicas que se encuentran en la boca o nariz se propagan por contacto físico, a menudo con las manos.
Estos tipos de propagación de aerosoles están vinculados en la transmisión de infecciones como el resfriado común, varicela, rubiola, influenza, enfermedad neumocócica y síndrome respiratorio agudo severo.Ahora, el nuevo estudio, llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, encontró que las vuvuzelas parecen ser un medio ideal de propagación de aerosoles contagiados.
En el pasado, ya se había criticado a las vuvuzelas y se les calificó de peligrosas debido a su potencial de generar un estruendo más fuerte que el despegue de un avión.
La doctora Ruth McNerney y su equipo investigaron los riesgos de las vuvuzelas utilizando un aparato láser para medir cuántas partículas microscópicas producían ocho voluntarios al soplar estas trompetas.
En promedio se encontró que expulsaban de sus instrumentos 658.000 aerosoles por litro de aire.
Las partículas viajaban al aire a una velocidad de cuatro millones por segundo.
En comparación, cuando se pidió a los voluntarios que gritaran -como lo harían en un estadio- produjeron sólo 3.700 aerosoles por litro de aire a una velocidad de 7.000 por segundo.
"Cuando una persona asiste a un evento deportivo y está rodeada de individuos soplando vuvuzelas, lo más probable es que inhale grandes números de aerosoles respiratorios durante el curso del evento" explicó la doctora McNerney.
Sin embargo la experta no aboga por una prohibición de vuvuzelas. Lo que se necesita, dice, es una "etiqueta" para el uso de vuvuzelas.
"Igual que con la tos o los estornudos, se deben tomar medidas para prevenir la transmisión de la enfermedades, y la gente con infecciones debe evitar soplar una vuvuzela cerca de otras personas", dijo la investigadora.
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