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Martes 25 de Mayo de 2011
Pero aquel viaje planeado desde la sureña provincia de Loja a la capital ecuatoriana finalmente no se concretó. A mediados de 2009 Vera anudó un contrato formal para vender su producción a Industria Lojana de Especerías (ILE), una firma ecuatoriana productora y comercializadora de condimentos naturales. Además, comenzó a recibir capacitación para, por ejemplo, sembrar en eras o surcos y que no se dañen sus cultivos. Gracias a esos beneficios dejó los tomates, pimientos y frijoles, y pasó a sembrar albahaca, malva olorosa y toronjil. “Ahora me siento más seguro porque sé que mi producción tiene destino y mis ingresos crecieron”, dice.
Con Ingiberto Vera ya son 280 los pequeños agricultores de hierbas aromáticas y hortalizas que abastecen a ILE. La empresa les entrega plantines y abono orgánico para iniciar la producción, además de una máquina para deshojar las hierbas aromáticas. A cambio, se asegura calidad y un volumen de materias primas acorde a su nivel de producción.
Esa estrategia de ILE de incluir a los productores en su cadena de valor tomó impulso en octubre de 2008, cuando fue puesto en marcha un proyecto de capacitación de los agricultores financiado por el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), miembro del grupo BID, y ejecutado por SNV, la organización del gobierno holandés para el desarrollo. Actualmente, el FOMIN apoya ocho proyectos de negocios inclusivos en Ecuador, incluido ILE, en el que aporta el 58% de los US$ 120.885 comprometidos el resto corre por cuenta de la empresa.
Esos fondos permitieron incorporar a dos técnicos para capacitar a los agricultores, además de otro técnico que es financiado por ILE. Los talleres abarcan desde el manejo de plantas aromáticas y el control de plagas hasta la coordinación de los procesos de producción y entrega, pasando por el incentivo a la asociación de los productores y los pasos para lograr la certificación orgánica.
Más ingresos
El proyecto de cooperación pretende haber capacitado a 380 pequeños productores de hortalizas y hierbas aromáticas hacia a fines de 2011. Pero el camino recorrido ya entrega resultados. “Nos permitió ir reemplazando el concepto que denomino ‘agricultura del oportunismo’ por una agricultura más especializada que responda a la verdadera riqueza de nuestro suelo”, dice Manuel Agustín Godoy, gerente general de ILE. “En la provincia de Loja se producen las mejores hierbas aromáticas y hortalizas de Ecuador dadas las condiciones del clima y la tierra, pero debido a las malas prácticas y a la incertidumbre a la hora de colocar sus productos, los agricultores iban cambiando su producción”.
Con las ventajas de un mayor conocimiento y un comprador seguro, la producción de buena parte de los pequeños productores de la zona migró hacia el cultivo de hierbas aromáticas y hortalizas. Las mejoras de eficiencia y productividad hicieron el resto de la tarea. Los ingresos diarios pasaron de US$ 0,87 a US$ 5,39 entre los granjeros que aplicaron riego por goteo y a US$ 6,64 entre los que utilizan riesgo por aspersión.
ILE también obtuvo beneficios significativos de la alianza. En los últimos dos años la empresa incrementó más de 10 veces su volumen de acopio de hierbas aromáticas. De las 20 toneladas recolectadas en 2008 pasó a 200 toneladas en 2010. La meta es que los productores aporten este año la totalidad del abastecimiento de hierbas aromáticas para el mercado ecuatoriano, unas 480 toneladas. En hortalizas, más específicamente cebolla y ajo, el incremento del volumen de acopio fue del 150%.
A otros mercados
Además de esos saltos en el nivel de provisión, el establecimiento de una relación comercial formal con los productores acompañado de mayores niveles de capacitación y acceso a tecnología proporcionó a ILE otro beneficio clave: la certeza de acceder, en tiempo y forma, a la materia prima necesaria y de buena calidad para iniciar el desafío de exportar.
“Sin abastecimiento continuo, nos era imposible ofrecer productos para la exportación”, dice Godoy. “Los mercados son exigentes en el mundo y, para lograr continuidad, decidimos hacer un cierre de problemas hacia atrás y allí vimos que es clave establecer alianzas y capacitar a los pequeños productores asociados”. Los números hablan. Las ventas a Estados Unidos y España sumaron el año pasado US$ 645.000 dólares, un salto del 40,5% con relación a 2009.
Si bien las exportaciones todavía representan una porción menor frente a los US$ 17,3 millones de facturación registrado por ILE en 2010, su ritmo de crecimiento promete convertirse en el principal motor que empujará los ingresos de la empresa ecuatoriana en los próximos años. El objetivo de ILE es ingresar en el mediano plazo a otros mercados europeos y abrir filiales en Perú y Colombia. “Uno de los objetivos del proyecto es lograr que estos proveedores obtengan la certificación orgánica para facilitar el crecimiento de ILE en los mercados internacionales”, dice Lissy Vélez, a cargo de la iniciativa por SNV.
La clave del vertiginoso crecimiento de ILE está atada a la inclusión. El FOMIN ya ha aportado cerca de US$ 15 millones en unos 10 proyectos de incorporación de poblaciones de bajos ingresos como socios comerciales y proveedores de empresas de mayor tamaño en América Latina y el Caribe. También ha conseguido movilizar aportes locales de empresas y organizaciones ejecutoras por otros US$ 15 millones. “Para el FOMIN, los negocios inclusivos son una forma de apoyar el acceso a los mercados de grupos de bajos ingresos y vulnerables, y han supuesto una evolución natural desde la responsabilidad social de las empresas”, dice Estrella Peinado-Vara, especialista del FOMIN. H. “En estos casos, las empresas generan un vínculo comercial con esos stakeholders”.
La iniciativa de ILE forma parte de un proyecto regional para promover negocios inclusivos en Ecuador, Perú y América Central. Solo para Ecuador, la cooperación técnica prevé destinar US$ 1,5 millón por parte del FOMIN y al menos US$ 1 millón por las empresas y SNV, asegura Paula Auerbach, especialista del FOMIN en Ecuador.
Esos recursos allanan el camino de la inclusión, la fórmula del éxito de ILE y demás proyectos en Ecuador. Al mismo tiempo, están logrando lo que parecía un imposible hace solo unos meses: torcer el destino de Ingiberto Vera y varios centenares de microempresarios del país sudamericano.
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