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Sabado 16 de Abril de 2011
Dejaron de quemar la caña para la cosecha, tienen un uso adecuado del suelo y el agua y cumplen con todas las leyes laborales del país. Esto, hace que la empresa Caña Brava haya logrado la certificación ISCC, por SGS de Alemania y se convierta en la primera en obtenerla en Sudamérica.
Con esta certificación puede vender su biocombustible a cualquier país de Europa, pero además les obliga a mantener este nivel porque a lo largo del tiempo se realizan auditorías y una serie de visitas inopinadas para ver que se cumplan con todos los parámetros y estándares de calidad.Caña Brava se dedica a la siembra de caña de azúcar y a la producción de etanol, un producto que se vende en el mercado peruano. Según explicó Christian Frey, representante de la empresa, la demanda del biocombustible crece y pronto será mayor por lo cual se piensa elevar la producción al máximo de la capacidad de la empresa estimada en 300 metros cúbicos diarios.
Ayer durante un recorrido realizado por la prensa local se pudo conocer los procesos que se sigue en la producción, como el uso de bagazo en la producción de energía eléctrica, el control de plagas con insectos benéficos, la cosecha en verde de la caña y últimamente se ha incorporado el uso de la vinasa para la fertilización.
No residuos
Alberto Sáenz indicó que se ha llegado a acuerdos con la comunidad de Ignacio Escudero, porque antes se quejaban por los olores y las cenizas que se levantaban desde el campo de producción.
La certificación ISCC (International Sustentainability and Carbon Certfication) es una importante acreditación europea de Biomasa y Biocombustibles, que permite un uso sostenible de la tierra, la protección de biosferas naturales y la reducción de gases del efecto invernadero, así lo detalló Jorge Bazo, representante de SGS.
Christian Frey, representante de Caña Brava sostuvo que la certificación ISCC también permitirá brindar un biocombustible altamente confiable y facilitará su comercio internacional, sobre todo en el exigente mercado europeo, donde desde Enero de este año se ha establecido que únicamente los biocombustibles producidos por empresas certificadas bajo este sistema, que implica una reducción no menor del 35 % de gases de efecto invernadero, podrán ser utilizados como sustitutos de la gasolina y el Diesel en el transporte. Son cientos de empresas que existen a nivel mundial dedicadas a la producción de etanol, pero son muy pocas las que cuentan con esta importante certificación. En Centroamérica son cuatro o cinco las compañías que cuentan con la ISCC y en Sudamérica somos los pioneros, sostuvo Christian Frey, lo cual no sólo contribuye con el desarrollo sustentable sino que nos compromete cada vez más a brindar un producto de calidad y socialmente disponible, puntualizó.
La certificación es apoyada por el Ministerio Federal de Alimento, Agricultura y Protección al Consumidor de Alemania a través de su Agencia para los Recursos Renovables (FNR), lo cual nos garantiza que el etanol que se produce en la empresa peruana Caña Brava cuenta con todas las condiciones requeridas, entre ellas el desarrollo sustentable y la protección del medio ambiente, para brindar un biocombustible competitivo al mercado extranjero.
Es importante resaltar que en Caña Brava, las seis mil 500 hectáreas sembradas e irrigadas con riego por goteo recogen 700 millones de kilogramos de dióxido de carbono al año y se libera en el medio ambiente una cantidad similar de oxígeno.
Productores asociados
Caña Brava está comprando producto a agricultores de la zona quienes conducen aproximadamente 150 hectáreas. Ellos aún no logran la certificación, pero no queman la caña para la cosecha, la empresa les envía las máquinas para esta labor, o se hace a mano, con el fin de evitar las emisiones al medio ambiente. Estos productores cuentan con el apoyo financiero del Agro Banco y de la empresa.
EL TIEMPO
Dejaron de quemar la caña para la cosecha, tienen un uso adecuado del suelo y el agua y cumplen con todas las leyes laborales del país. Esto, hace que la empresa Caña Brava haya logrado la certificación ISCC, por SGS de Alemania y se convierta en la primera en obtenerla en Sudamérica.
Con esta certificación puede vender su biocombustible a cualquier país de Europa, pero además les obliga a mantener este nivel porque a lo largo del tiempo se realizan auditorías y una serie de visitas inopinadas para ver que se cumplan con todos los parámetros y estándares de calidad.Caña Brava se dedica a la siembra de caña de azúcar y a la producción de etanol, un producto que se vende en el mercado peruano. Según explicó Christian Frey, representante de la empresa, la demanda del biocombustible crece y pronto será mayor por lo cual se piensa elevar la producción al máximo de la capacidad de la empresa estimada en 300 metros cúbicos diarios.
Ayer durante un recorrido realizado por la prensa local se pudo conocer los procesos que se sigue en la producción, como el uso de bagazo en la producción de energía eléctrica, el control de plagas con insectos benéficos, la cosecha en verde de la caña y últimamente se ha incorporado el uso de la vinasa para la fertilización.
No residuos
Alberto Sáenz indicó que se ha llegado a acuerdos con la comunidad de Ignacio Escudero, porque antes se quejaban por los olores y las cenizas que se levantaban desde el campo de producción.
La certificación ISCC (International Sustentainability and Carbon Certfication) es una importante acreditación europea de Biomasa y Biocombustibles, que permite un uso sostenible de la tierra, la protección de biosferas naturales y la reducción de gases del efecto invernadero, así lo detalló Jorge Bazo, representante de SGS.
Christian Frey, representante de Caña Brava sostuvo que la certificación ISCC también permitirá brindar un biocombustible altamente confiable y facilitará su comercio internacional, sobre todo en el exigente mercado europeo, donde desde Enero de este año se ha establecido que únicamente los biocombustibles producidos por empresas certificadas bajo este sistema, que implica una reducción no menor del 35 % de gases de efecto invernadero, podrán ser utilizados como sustitutos de la gasolina y el Diesel en el transporte. Son cientos de empresas que existen a nivel mundial dedicadas a la producción de etanol, pero son muy pocas las que cuentan con esta importante certificación. En Centroamérica son cuatro o cinco las compañías que cuentan con la ISCC y en Sudamérica somos los pioneros, sostuvo Christian Frey, lo cual no sólo contribuye con el desarrollo sustentable sino que nos compromete cada vez más a brindar un producto de calidad y socialmente disponible, puntualizó.
La certificación es apoyada por el Ministerio Federal de Alimento, Agricultura y Protección al Consumidor de Alemania a través de su Agencia para los Recursos Renovables (FNR), lo cual nos garantiza que el etanol que se produce en la empresa peruana Caña Brava cuenta con todas las condiciones requeridas, entre ellas el desarrollo sustentable y la protección del medio ambiente, para brindar un biocombustible competitivo al mercado extranjero.
Es importante resaltar que en Caña Brava, las seis mil 500 hectáreas sembradas e irrigadas con riego por goteo recogen 700 millones de kilogramos de dióxido de carbono al año y se libera en el medio ambiente una cantidad similar de oxígeno.
Productores asociados
Caña Brava está comprando producto a agricultores de la zona quienes conducen aproximadamente 150 hectáreas. Ellos aún no logran la certificación, pero no queman la caña para la cosecha, la empresa les envía las máquinas para esta labor, o se hace a mano, con el fin de evitar las emisiones al medio ambiente. Estos productores cuentan con el apoyo financiero del Agro Banco y de la empresa.
EL TIEMPO
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