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Lunes 25 de Abril de 2011
En nuestro intestino viven unos 100.000 millones de bacterias de unas 1.000 especies distintas, lo cual es unas 10 veces más del total de células en nuestro organismo.
Se sabe que estas bacterias ayudan a digerir alimentos, a descomponer toxinas, producir ciertas vitaminas y aminoácidos y a formar una barrera contra los agentes invasores.
Ahora, científicos descubrieron que esta enorme comunidad de microorganismos se agrupa en tres grupos o "ecosistemas" diferentes de flora intestinal.
Y el tipo de flora que posee una persona afecta la forma como el organismo absorbe nutrientes, procesa alimentos y se defiende de infecciones, dicen los científicos en la revista Nature.
Tal como señalan los investigadores del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL), en Heidelberg, Alemania, identificando el ecosistema bacteriano de un individuo podría en el futuro ayudar a diagnosticar enfermedades como cáncer de colon y recto y a predecir cuál es el mejor tratamiento para ese individuo.
Especie dominante
"Descubrimos que la composición de las especies de bacterias en el intestino es diferente en cada persona" explicó a el doctor Jeoen Raes, del Instituto Flandes para Biotecnología, uno de los autores del estudio.
"Analizamos la flora intestinal de unas 200 personas y vimos que éstas se agrupan en tres distintos tipos o ecosistemas, y cada uno tiene una especie dominante" agrega.
El estudio analizó muestras fecales de 39 individuos de tres distintos continentes, Europa, Asia y América y posteriormente se extendió el estudio para incluir a otras 85 personas de Dinamarca y 154 de Estados unidos.
Encontraron que, basados en la especie que dominaba en el intestino, todos los casos podían dividirse en tres grupos o enterotipos.
Tal como explica el doctor Raes, todavía no saben porqué las personas tienen alguno de estos ecosistemas de flora intestinal pero creen que podría deberse a las diferencias como nuestro sistema inmune es capaz de distinguir entre las bacterias beneficiosas y las bacterias perjudiciales.
O quizás se debe a las distintas formas como se liberan los desechos de hidrógeno de las células.
Lo que es claro, dicen los científicos, es que estos tipos de flora intestinal no están vinculados a factores como la edad, género, nacionalidad o índice de masa corporal.
Pero sí podrían ser responsables de trastornos como la obesidad o enfermedades vinculadas a la digestión y procesamiento de alimentos.
"Estoy convencido de que enfermedades como la obesidad, diabetes, la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y el cáncer de colon y recto e incluso el asma, el acné y muchos otros males, están vinculados a la flora intestinal y a alteraciones que ocurren en ésta" explica el doctor Raes.
"Por eso esta comunidad de bacterias es tan importante y esencial para el bienestar de una persona".
"Y no debemos olvidar el enorme tamaño de esta comunidad: tenemos 10 veces más bacterias en el intestino que células en todo nuestro organismo. Es un "órgano" del tamaño de nuestro cerebro pero formado sólo por bacterias y, sin embargo, este órgano ha sido completamente abandonado por la comunidad científica y médica", agrega el científico.
Diagnóstico de enfermedades
El hallazgo, afirman los investigadores, podría conducir a una nueva herramienta para el diagnóstico y tratamiento de muchas enfermedades.
Es decir, en el futuro, cuando el médico esté diagnosticando o analizando la probabilidad de que un paciente contraiga una enfermedad particular, no sólo buscará claves en su organismo sino también en el tipo de flora intestinal que posee.
Y los tratamientos para esa enfermedad podrían adaptarse al tipo de bacterias para asegurar el mejor resultado.
Tal como explica el doctor Raes, todavía deberán llevar a cabo más estudios para poder determinar, por ejemplo, si una persona nace con su tipo determinado de flora o es algo que cambia con el paso del tiempo.
Tampoco se sabe si estos tres tipos de flora intestinal son igualmente beneficiosos o uno es más perjudicial o beneficioso que otro.
"Todavía necesitamos llevar a cabo muchos más estudios. Pero si estamos en lo correcto, podríamos en el futuro desarrollar una prueba simple -como una muestra fecal- con la cual identificamos el tipo de flora."Y con esto podríamos diagnosticar una enfermedad o incluso modificar la flora intestinal para prevenir el desarrollo de esa enfermedad" agrega el científico.
BBC
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