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Miercoles 13 de Abril de 2011
Brasil pretende exportar a otros países amazónicos un exitoso programa de una ONG para combatir la deforestación de la Amazonía mediante alertas tempranas a los habitantes de la zona cuando imágenes de satélite detectan el corte de árboles en algún sector de la selva.
"Estamos estructurando este proyecto de vigilancia para extenderlo a otros países de la Amazonía", dijo a Mirela Sandrini, gerente del Fondo Vale, un fondo patrocinado por la minera brasileña Vale que financia programas de desarrollo sostenible en el mayor pulmón vegetal del mundo.
La llamada Vigilancia Estratégica fue desarrollada por la ONG Imazon (Instituto del Hombre y del Medio Ambiente de la Amazonía) con el apoyo financiero del Fondo Vale para alertar a habitantes y activistas en municipios amazónicos sobre la tala ilegal de árboles.
"Vamos a definir con Imazon, que ya tiene pactos con organizaciones de otros países de la región, la forma de exportar un proyecto que se ha mostrado exitoso en Brasil", agregó Sandrini.
La gerente del fondo ecológico aseguró que las negociaciones están adelantadas y que la Vigilancia Estratégica podrá ser implantada en unos dos meses en algunas localidades de países vecinos que se abstuvo de mencionar para no dar "falsas expectativas".
La ampliación de la iniciativa es negociada con la Articulación Regional Amazónica (ARA), una red de ONGs presente en varios países que desarrollan proyectos para combatir la deforestación.
La Vigilancia Estratégica tiene como base programas de computador desarrollados por Imazon para identificar con precisión, con la ayuda de imágenes de satélite, lugares en los que la selva sufre algún tipo de destrucción, bien sea para la apertura de una carretera, para el aumento de áreas de cultivo o para la explotación ilegal de madera.
Imazon, que desarrolló técnicas de fusión de datos satelitales para mejorar la fiscalización del corte ilegal de árboles, utiliza imágenes del satélite Landsat, datos del radar JERS-1 y otras avanzadas técnicas de medición geográfica para elaborar mensualmente mapas que identifican posibles focos de deforestación en la Amazonía.
Para impedir que este esfuerzo se limite a la simple divulgación de los mapas, el Fondo Vale firmó un acuerdo con Imazon para aprovechar los datos en un programa que busca identificar áreas de riesgo, divulgar los resultados de forma rápida y garantizar una intervención de las autoridades en las áreas amenazadas.
"Tras identificar un punto de presión de deforestación utilizamos esa información para provocar una intervención pública. De nada sirve tener una información de satélite y no saber qué hacer con ella. Es necesario contar con un sistema eficaz de divulgación", explica Sandrini.
La gerente del Fondo Vale agregó que el programa necesita tener en las áreas afectadas agentes locales capacitados para verificar y validar las informaciones detectadas por los satélites.
"Una vez confirmada la información sobre un foco de deforestación usamos una red de difusión que incluye desde denuncias directas a alcaldías y órganos de fiscalización hasta el envío de mensajes de texto por teléfonos móviles para garantizar la divulgación de los datos y la movilización de las autoridades", explicó.
Sandrini dijo que los responsables por la iniciativa ofrecen cursos de capacitación a los agentes comunitarios que ayudan en el proceso de verificación de los datos y de difusión de las denuncias.
"Inicialmente ofreceremos en los otros países la capacitación en el procesamiento de datos, que es un curso que ya crea sensibilidad sobre el problema y ofrece el conocimiento tecnológico necesario para que un agente local pueda colaborar", dijo.
En mayo próximo, Imazon impartirá un curso en vigilancia remota a técnicos de diferentes países amazónicos, según el geólogo Carlos Souza Júnior, responsable por la iniciativa.
El éxito del programa permitió que Parangominas, una localidad del estado amazónico de Pará que era el principal polo maderero de Brasil, fuera la primera en ser retirada de la lista de ciudades que más destruyen la Amazonía pues con esta iniciativa se redujo el ritmo local de deforestación en un 90 por ciento.
La Vigilancia Estratégica también ha tenido éxito en Sao Felix do Xingú, otro municipio de Pará que paradójicamente cuenta con uno de los mayores rebaños bovinos del país pese a estar enclavado en mitad de la selva amazónica.
EFE
Brasil pretende exportar a otros países amazónicos un exitoso programa de una ONG para combatir la deforestación de la Amazonía mediante alertas tempranas a los habitantes de la zona cuando imágenes de satélite detectan el corte de árboles en algún sector de la selva.
"Estamos estructurando este proyecto de vigilancia para extenderlo a otros países de la Amazonía", dijo a Mirela Sandrini, gerente del Fondo Vale, un fondo patrocinado por la minera brasileña Vale que financia programas de desarrollo sostenible en el mayor pulmón vegetal del mundo.
La llamada Vigilancia Estratégica fue desarrollada por la ONG Imazon (Instituto del Hombre y del Medio Ambiente de la Amazonía) con el apoyo financiero del Fondo Vale para alertar a habitantes y activistas en municipios amazónicos sobre la tala ilegal de árboles.
"Vamos a definir con Imazon, que ya tiene pactos con organizaciones de otros países de la región, la forma de exportar un proyecto que se ha mostrado exitoso en Brasil", agregó Sandrini.
La gerente del fondo ecológico aseguró que las negociaciones están adelantadas y que la Vigilancia Estratégica podrá ser implantada en unos dos meses en algunas localidades de países vecinos que se abstuvo de mencionar para no dar "falsas expectativas".
La ampliación de la iniciativa es negociada con la Articulación Regional Amazónica (ARA), una red de ONGs presente en varios países que desarrollan proyectos para combatir la deforestación.
La Vigilancia Estratégica tiene como base programas de computador desarrollados por Imazon para identificar con precisión, con la ayuda de imágenes de satélite, lugares en los que la selva sufre algún tipo de destrucción, bien sea para la apertura de una carretera, para el aumento de áreas de cultivo o para la explotación ilegal de madera.
Imazon, que desarrolló técnicas de fusión de datos satelitales para mejorar la fiscalización del corte ilegal de árboles, utiliza imágenes del satélite Landsat, datos del radar JERS-1 y otras avanzadas técnicas de medición geográfica para elaborar mensualmente mapas que identifican posibles focos de deforestación en la Amazonía.
Para impedir que este esfuerzo se limite a la simple divulgación de los mapas, el Fondo Vale firmó un acuerdo con Imazon para aprovechar los datos en un programa que busca identificar áreas de riesgo, divulgar los resultados de forma rápida y garantizar una intervención de las autoridades en las áreas amenazadas.
"Tras identificar un punto de presión de deforestación utilizamos esa información para provocar una intervención pública. De nada sirve tener una información de satélite y no saber qué hacer con ella. Es necesario contar con un sistema eficaz de divulgación", explica Sandrini.
La gerente del Fondo Vale agregó que el programa necesita tener en las áreas afectadas agentes locales capacitados para verificar y validar las informaciones detectadas por los satélites.
"Una vez confirmada la información sobre un foco de deforestación usamos una red de difusión que incluye desde denuncias directas a alcaldías y órganos de fiscalización hasta el envío de mensajes de texto por teléfonos móviles para garantizar la divulgación de los datos y la movilización de las autoridades", explicó.
Sandrini dijo que los responsables por la iniciativa ofrecen cursos de capacitación a los agentes comunitarios que ayudan en el proceso de verificación de los datos y de difusión de las denuncias.
"Inicialmente ofreceremos en los otros países la capacitación en el procesamiento de datos, que es un curso que ya crea sensibilidad sobre el problema y ofrece el conocimiento tecnológico necesario para que un agente local pueda colaborar", dijo.
En mayo próximo, Imazon impartirá un curso en vigilancia remota a técnicos de diferentes países amazónicos, según el geólogo Carlos Souza Júnior, responsable por la iniciativa.
El éxito del programa permitió que Parangominas, una localidad del estado amazónico de Pará que era el principal polo maderero de Brasil, fuera la primera en ser retirada de la lista de ciudades que más destruyen la Amazonía pues con esta iniciativa se redujo el ritmo local de deforestación en un 90 por ciento.
La Vigilancia Estratégica también ha tenido éxito en Sao Felix do Xingú, otro municipio de Pará que paradójicamente cuenta con uno de los mayores rebaños bovinos del país pese a estar enclavado en mitad de la selva amazónica.
EFE
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