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Lunes 25 de Abril de 2011
En el estado brasileño de Pará, la deforestación se concentra en las proximidades de 60.000 km de carreteras. La conclusión es el estudio de conservación de la biodiversidad en los diferentes tipos de Ordenamiento Territorial, Uso y Ocupación de Carreteras en el Estado de Pará, desarrollado por la beca de iniciación científica, Cesar Augusto Borges, bajo la supervisión del investigador Leandro Valle Ferreira, Museu Paraense Emilio Goeldi.
Borges revisó las carreteras Trans, Cuiabá-Santarém (BR-163) y del Estado de Pennsylvania 273, que asciende a tres mil kilómetros. La elección de los caminos a tomar en cuenta su importancia histórica y como puntos de venta de bienes, tanto para el mercado interno como para el externo. La recolección de datos se obtuvo a partir de información cartográfica digital del Instituto Brasileño de Geografía y estático (IBGE) y el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).
Los bosques de Pará es del 66,1%. La deforestación acumulada hasta el año 2008 es del 19,4% en comparación con la superficie total del estado, y el 21,3% en el área de bosques del estado. Sin embargo, el estudio muestra que en los 50 kilómetros que bordean los caminos, el promedio de deforestación es de 30.3% por encima del porcentaje general del Estado.
Borges explica que el promedio de deforestación disminuye al aumentar la distancia de la carretera. "Los primeros 10 km, el promedio osciló entre 45% y el 63,1% de las carreteras y el 15,1% a 30,1% en los últimos 10 kilómetros", explica. Para el investigador, el proceso de la tala de árboles junto a las carreteras se debe a actividades económicas como la ganadería, representa alrededor del 80% de la deforestación en el Amazonas.
Cita el caso de la BR - 163 en la ciudad de Santarem, donde se desarrollan la agricultura y mecanizada de la soja. "La tala selectiva, la agricultura y los asentamientos humanos son los principales impulsores de la deforestación, que es facilitado por la apertura de caminos que atraen a estas actividades", dice.
La buena noticia es que las unidades de conservación y tierras indígenas es un efectivo control de la deforestación. Borges dice que el porcentaje de retención es hasta un 40% más alto que las carreteras cercanas. "Hemos observado la eficacia de las unidades de conservación y tierras indígenas (áreas protegidas) como instrumento de contención del proceso", concluyó.
Los cambios en la deforestación de los bosques podría generar más
Para tratar de detener la constante hacerse daño al medio ambiente, la Asociación Brasileña de Organizaciones No Gubernamentales (ABONG) puso en marcha ayer (19), un voto en contra de las enmiendas propuestas por el diputado Aldo Rebelo del Código Forestal en vigor en Brasil. La asociación señala que mediante la creación de una zona rural consolidado, el nuevo Código concedería amnistía a 40 millones de hectáreas de deforestación y la ocupación ilegal que se llevó a cabo antes de julio de 2008. ".Además de infractores de la ley gratificante como lo es hoy, no aporta una solución a las ocupaciones ilegales, especialmente los más vulnerables a eventos climáticos. Por el contrario, condena a las personas que ocupan estas áreas ", argumentó.
La reducción de la superficie mínima de conservación de los ríos permitirá la tala de árboles nuevos en el 90% de los ríos de Brasil, que afectan directamente la calidad de vida de las comunidades costeras. También habrá reducción de las áreas de protección permanente en las proximidades de los embalses artificiales, lo que permite más deforestación.
El movimiento se puede visitar en ABONG
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