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Miercoles 9 de febrero de 2011:
La Fundación Gypaetus gestiona un proyecto LIFE, pionero en su género y dotado con 5,6 millones de euros, para combatir en ocho comarcas de España, Portugal y Grecia el uso de cebos envenenados, principal amenaza de numerosas especies en peligro de extinción.
La Fundación Gypaetus gestiona un proyecto LIFE, pionero en su género y dotado con 5,6 millones de euros, para combatir en ocho comarcas de España, Portugal y Grecia el uso de cebos envenenados, principal amenaza de numerosas especies en peligro de extinción.
Estas fundación, dependiente de la Junta de Andalucía y encargada de la reintroducción del quebrantahuesos en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas (Jaén), ha emprendido este programa porque precisamente fue el veneno el que causó hace unas décadas la extinción de este ave carroñera en dicho espacio protegido.
Además, la Fundación Gypaetus promueve desde hace años varias iniciativas contra el uso ilegal de cebos envenenados, entre las que destaca actividades de sensibilización social, la creación de una red de municipios libres de veneno, integrada por más de treinta municipios, o su personación en juicios contra autores de esta actividad delictiva. La sede de la esta fundación en Cazorla (Jaén) alberga también el Centro Temático de Especies Amenazadas (CETEAM), desde donde se divulgan buenas prácticas ambientales y campañas de sensibilización social contra el uso de los cebos envenenados.
De los 5,6 millones de euros con los que se financiará este proyecto LIFE hasta 2015, está previsto que 3,4 millones se inviertan en Andalucía pues en esta comunidad autónoma se encuentran cuatro de las ocho áreas piloto seleccionadas para este programa.
Las otras cuatro zonas son las comarcas griegas de Tesalia y Creta y las portuguesas del Centro y del Alentejo.
El coordinador de este proyecto, Fernando Bautista, ha destacado que el uso ilegal de cebos envenenados en la naturaleza es un fenómeno "terrible" que, pese a su apariencia de "amenaza silenciosa", constituye "la mayor amenaza" sobre la fauna en Europa.
Bautista ha advertido de que aunque el uso -"siempre ilegal", ha remarcado"- de cebos envenenados se suele dirigir contra especies que pudieran dañar al ganado o a la caza, mata fatalmente a otras especies carroñeras o depredadoras con hábitos carroñeros, como el quebrantahuesos, el alimoche, el buitre negro, el lobo o el oso, en cuya conservación, paradójicamente, "se está invirtiendo mucho dinero" público y privado.
Un reciente estudio presentado por el director general de Medio Natural y Política Forestal del Ministerio de Medio Ambiente, José Jiménez, ha alertado de que al menos siete mil ejemplares de especies amenazadas han muerto envenenados en las últimas décadas, entre ellos, siete osos pardos, cuarenta quebrantahuesos, 114 águilas imperiales, 348 alimoches, 168 águilas reales, 638 buitres negros, 2.355 milanos y 2.146 buitres leonados.
Bautista ha pedido que se estigmatice a ganaderos y cazadores con esta actividad ilegal, que también supone una seria amenaza para la salud humana, pues quien cometen estos delitos son individuos aislados y no colectivos.
"Hay que recalcar que no son cazadores y que no son ganaderos, que son individuos aislados que pertenecen a estos colectivos y que están ensuciando con su malas prácticas la imagen de estos colectivos que desarrollan una actividad totalmente sostenible y ecológica y que forman parte del medio rural", ha apostillado.
De hecho, los colectivos preferentes para actuaciones de este proyecto LIFE serán los ganaderos y cazadores, quienes junto a las entidades locales están llamados a constituir redes sociales de lucha contra esta práctica ilegal y peligrosa.
También se desarrollarán programas científicos para conocer con mayor exactitud el impacto del veneno en los diferentes ecosistemas y especies.
Efe.
Efe.
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