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Domingo 27 de marzo de 2011
Plásticos, neumáticos, aceites industriales, harinas cárnicas o los residuos de las aceitunas se convertirán, a partir de ahora, en gasolina, queroseno y diesel, con la puesta en marcha en Córdoba de la primera factoría comercial en España para generar biocarburante a partir de la basura.
La instalación cordobesa de Cañete de las Torres, en la que se han invertido catorce millones de euros, producirá unas 10.000 toneladas de combustible al año, usando como materia prima 30.000 toneladas de orujillo, un residuo de la aceituna. De esta forma se suministrará de carburante a 20.000 vehículos según los propietarios de la instalación.
La producción formal se prevé que comience en el plazo de un mes. Mientras, los carburantes están siendo analizados por las instituciones europeas y nacionales a la espera de su homologación y clasificación.
"Convertir residuos en carburante supone transformar un problema en una solución", explica Julio Torres, uno de los propietarios de la planta.
"Si se aprovecharan todos los residuos tratables, España podría conseguir por sí misma el 50% del consumo actual de gasolina, queroseno y gasóleo", Juan Torres, padre del anterior y copropietario de la planta.
La factoría se basa en el denominado sistema Kurata, una tecnología desarrollada por el Instituto de Ondas Cuánticas de Kobe, en Japón. El catalizar es la pieza clave del proceso y el responsable de la transformación de los residuos en combustible.
La factoría de Córdoba trabaja con orujillo de aceituna, pero el sistema permite la utilización de otros deshechos orgánicos y plásticos.Sin embargo, no todos los materiales son igual de eficientes a la hora de procesarlos. En el caso de la biomasa, el rendimiento es del 30%, mientras que en los plásticos y neumáticos asciende hasta un 80 por ciento.
El proceso comienza cuando el orujillo, deshechos procedentes de la aceituna y el aceite de oliva, se calienta a unos 400 grados centígrados. El vapor obtenido, se traslada hasta el catalizador, donde se producen las reacciones químicas con carbono e hidrógeno que convierten ese gas en combustible líquido.
A partir de ese momento, la sustancia obtenida pasa por diferentes conductos en donde se destila según el carburante que se quiera obtener y, una vez finalizado este proceso, se almacenan en la propia planta. Esta tecnología permite crear gasolina, queroseno y gasoil listos para su uso, sin necesidad de mezclarlos con otro tipo de carburantes fósiles.
El campo de olivos en el que se ubica la planta de Cañete de las Torres permite a acceder, sin necesidad de transportes, al orujillo de oliva para su futura transformación. "La tecnología es muy importante, pero también la materia prima", explica Julio Torres, de esta forma se evitan los costes de transporte y se reduce la contaminación del proceso de fabricación.
El diseño de esta primera planta comercial con la implantación del sistema Kurata ha sido desarrollado en España durante los últimos dos años. Aunque los propietarios describen que la idea surgió hace más de cuatro, cuando la familia Torres descubre este nuevo sistema en una visita a Japón.
Efe
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