Mientras algunas capitales europeas y la costa este de Estados Unidos hacen frente a fuertes nevascas, Pekín vive un invierno sin nieve, lo que se traduce en creciente escasez de agua, escribe hoy la prensa china.
Diciembre está a punto de terminar pero hace más de dos meses que los pekineses no ven precipitaciones. Este miércoles batió el récord de 1988, cuando la nieve cayó sólo el 28 de diciembre. El pasado año cayó a principios de noviembre, en las fechas más tempranas de las dos últimas décadas.
Un invierno tan seco y bastante frío, según las normas locales, amenaza con provocar fuerte escasez de agua, máxime que las lluvias estivales descargaron sobre Pekín apenas 273 milímetros, la cantidad mínima desde 1960.
El volumen de precipitaciones anuales en Pekín tiende a reducirse desde 1999. Como resultado, no queda un solo río caudaloso en esta ciudad que tiene alrededor de 20 millones de habitantes, consume cada año 3.790 millones de metros cúbicos del agua y cubre un 66% de esa demanda con recursos hídricos del suelo.
El Gobierno municipal ya baraja la posibilidad de restringir la creación de saunas, clubes de golf, estaciones de esquí y demás estructuras de esparcimiento relacionadas con gran consumo de agua.
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