Onu,los mercados finacioneros y el medio ambiente

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Los mercados financieros y de capital deben integrar los costes medioambientales y sociales en sus políticas de inversión y rendir cuentas de ello, algo que el sistema económico tradicional nunca ha evaluado, tasado ni justificado.

Así lo subraya el "Informe Economía Verde" del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, a cuyo avance ha tenido acceso y que será difundido íntegramente a finales de 2010.

El texto, que combina el análisis y los modelos económicos para demostrar que se puede crecer "reverdeciendo" una serie de sectores, se debatirá esta semana en el Foro Internacional de Ingeniería, Economía Verde, Renovables, Eficiencia y Medio Ambiente -organizado por Fingerplus-, a cuya apertura se prevé la asistencia de la portavoz del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.

Entre las principales conclusiones, el informe considera "clave" la existencia de un equilibrio entre la rentabilidad de las inversiones y "la responsabilidad de las mismas".

Y aporta un dato esclarecedor: las 3.000 empresas que cotizan en bolsa que han sido analizadas por el PNUMA generan unos costes ambientales de alrededor de 1,5 billones de euros anuales.

Si los mercados no logran "interiorizar" los aspectos sociales y medioambientales ligados a su actividad, "deberían desarrollarse mecanismos financieros públicos y privados que movilicen de antemano capital a escala apropiada", propone esta agencia de la ONU.

El objetivo final, defiende, es "re-configurar" los negocios, las infraestructuras y las instituciones y adoptar un consumo y procesos de producción sostenibles.

Según el PNUMA, una economía verde puede definirse como aquella que a largo plazo mejora el bienestar humano y reduce las desigualdades, al tiempo que no expone a las generaciones futuras a riesgos medioambientales significativos ni a carencias ecológicas.

Para la consecución de esta meta, el informe examina las acciones que pueden emprender los Gobiernos y aborda cuestiones esenciales como la redistribución de los fondos de capital, predominantemente de fuentes privadas.

Esta reconversión podría incluso aumentar los beneficios de las empresas: de 5.700 millones de euros a 8.000 millones en el caso de las compañías pesqueras, calcula el informe.

Su consecución implicaría reformar los subsidios a la pesca, acabar con las distorsiones económicas y reducir la actividad a una "máxima captura sostenible" (la actual capacidad es entre 1,8 y 2,8 veces la necesaria).

En cuanto al transporte -un sector que consume más de la mitad de los combustibles fósiles líquidos del mundo-, reclama un "cambio radical" en las políticas de inversión.

Así, apuesta por el principio de evitar o reducir los viajes, fomentar el transporte público y no motorizado, emplear combustibles alternativos, sustituir el transporte físico por las tecnologías de la telecomunicación, promover "corredores masivos de tráfico" y dar incentivos económicos (vía impuestos...) para cambiar las conductas.

Se calcula que la flota mundial de vehículos pasará de los 800 millones actuales a entre 2.000 y 3.000 millones en 2050, sobre todo en los países en desarrollo.

El "Informe Economía Verde" analiza once sectores, entre ellos, agricultura, construcción, ciudades, energías, bosques, pesca, costes de transporte, escasez de agua, industria, turismo y residuos.

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