Cuba,caracol balon con vuvuzela
Un extraño caracol marino en forma de balón con vuvuzela ha sido descubierto por un equipo hispano-cubano de investigadores en Guanahacabibes (Cuba), 750 kilómetros al sur de la plataforma "Macondo", cuyo derrame de crudo ha ocasionado uno de los mayores desastres ecológicos de la historia de la Humanidad.El hallazgo se ha producido en el ecosistema de arrecifes de Guanahacabibes, donde este equipo científico realiza desde 2006 el inventario de los moluscos marinos que albergan las aguas de esa península, según relata a Efe uno de los investigadores, Leopoldo Moro, del Servicio de Biodiversidad del Gobierno de Canarias.
Leopoldo Moro señala que para este curioso caracol, un verdadero fósil viviente "digno de haber sido la mascota del pasado campeonato mundial de fútbol de Sudáfrica", se ha propuesto un nuevo género, el "Globocornus, de Globus=globo, balón, y cornus=trompeta (balón con trompeta)".
Además se ha dedicado su descubrimiento a Charles Darwin con motivo de celebrarse el Año Mundial de la Biodiversidad y el 150 aniversario de la publicación de "El origen de las especies", una obra maestra que cambió la visión de la vida sobre el planeta, detalla el biólogo marino.
Por lo tanto el caracol ha sido bautizado como "Globocornus darwini" y es una más del millar de especies marinas que han sido inventariadas en la península de Guanahacabibes por este equipo de investigadores españoles y cubanos entre los que se encuentran los autores del descubrimiento, Jesús Ortea, de la Universidad de Oviedo, y José Espinosa, del Instituto de Oceanología de Cuba.
Ambos son los líderes de un equipo del que también forman parte, además de Leopoldo Moro, Manuel Caballer, del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) que, durante los últimos seis años, han elaborado el inventario marino del extremo occidental de Cuba.
Según precisa Leopoldo Moro, esta zona es considerada "un punto caliente" de la biodiversidad porque las larvas son arrastradas por las corrientes oceánicas hacia las costas americanas del golfo de México y La Florida, larvas que tendrán la tarea de restaurar en un futuro inmediato la biodiversidad marina afectada por la catástrofe petrolífera, explica.
En paralelo, y en la cueva submarina de Los Cerebros, en la isla canaria de Tenerife, el mismo equipo de investigación ha descubierto otro caracol cavernícola, el "Neritilia nataliae", la tercera especie atlántica de un género con representantes en Sao Thome y en el Caribe.
Esta nueva especie canaria es un caracol "convencional", con un eje en el interior de la concha sobre el que se enrollan las vueltas y que falta en el caracol "con vuvuzela" del Caribe, cuyo interior es hueco, como un balón, y las vueltas se enrollan alrededor de la oquedad.
Esta característica anatómica sólo está presente en un caracol de las cuevas submarinas de Nueva Guinea conocido como "Pluviostila" por su forma de gota de agua y considerado también un fósil viviente.
Ello permite suponer que la gran extinción de la biodiversidad que tuvo lugar hace 85 millones de años por la caída de un meteorito en la península de Yucatán (México) y que llevó a la extinción de los dinosaurios, no afectó por completo a la fauna marina de determinados ambientes a cierta profundidad, añade el científico.
La razón para considerar este argumento es que "dos caracoles considerados como fósiles vivientes, "Pluviostila" y "Globocornus", tan distantes y tan humildes, han evolucionado a lo largo del tiempo hasta las formas actuales", precisa Leopoldo Moro.
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