Alemania,marcha contra la energia nuclear
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Unos 10.000 manifestantes antinucleares iniciaron hoy su marcha por Berlín, bajo la consigna de "Adiós a la energía atómica ya", en protesta contra la decisión del Gobierno de la canciller, Angela Merkel, de prolongar la vida de las centrales nucleares.La marcha, que discurrirá por el barrio gubernamental con intención de formar una cadena humana entre la Cancillería y el Parlamento para culminar por la tarde en una concentración ante la vecina estación central ferroviaria, se abrió en tono festivo, entre consignas antinucleares y acompañada de bandas musicales.
Se trata de la primera manifestación convocada tras la decisión de la coalición de centro-derecha de Merkel, convocada por el activismo antinuclear alemán tradicional y con la adhesión de algunos de los clubes de la modernidad berlinesa.
Así, junto a las pancartas ya legendarias del "Atomkraft?, Nein, Danke" -"¿Energía nuclear? No, gracias"- características del movimiento en las décadas de los años 70, 80 y 90, desfilaron por el centro de Berlín todo tipo de banderas multicolores a ritmos actuales.
El movimiento ecopacifista y antinuclear, que en décadas pasadas movilizaron a centenares de miles de personas en contra de esta fuente de energía y de los transportes de residuos al cementerio provisional de Gorleben (norte de Alemania), empezó a recuperar fuerza con la formación del actual gobierno de Merkel.
Ya durante las negociaciones de coalición entre la Unión Cristianodemócrata y la Unión Socialcristiana de Baviera (CDU/CSU) con el Partido Liberal (FDP) se anunció el propósito de revisar el calendario de cierre de las 17 plantas aún en funcionamiento.
El pacto suscrito en 2000 entre la alianza socialdemócrata-verde del canciller Gerhard Schröder y la industria preveía que el llamado "apagón nuclear" se produciría en 2022.
Merkel quiso ya revisar el calendario de cierres en su anterior legislatura, en gran coalición, pero sus entonces socios socialdemócratas se lo impidieron.
La actual alianza de Gobierno con el FDP retomó la cuestión, hasta anunciar, dos semanas atrás, un nuevo plan de acuerdo al cual se prolongará la vida de las plantas una media de doce años, de manera que la última cerraría el 2034.
El gobierno aspira a que los consorcios aporten a cambio unos 2.300 millones de euros al año a las arcas públicas, a través de un nuevo impuesto sobre las ganancias que les reportará esta moratoria.
Esta nueva tasa está aún en estudio y topa con el rechazo frontal de los consorcios.
Para socialdemócratas y Verdes, está claro que, con o sin tasa, el gobierno se ha "vendido" a los intereses de la industria.
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