Pakistan, tres millones de niños que pueden sufrir enfermedades
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Naciones Unidas advirtió que hasta tres y medio millones de niños en Pakistán están en riesgo de contraer enfermedades relacionadas con el agua como resultado de las devastadoras inundaciones que han afectado el país en las últimas semanas.
La ONU reitera que un aumento urgente en asistencia internacional reduciría significativamente ese riesgo.
Sin embargo, de los US$450 millones iniciales que el organismo ha pedido a la comunidad internacional, solo se ha recaudado una tercera parte.
A medida que nuevas regiones en el sur de Pakistán caen bajo las aguas desbordadas, la ONU aumenta la urgencia de sus advertencias sobre las enfermedades causadas por su estancamiento, como el cólera.
Funcionarios de la organización aseguran que han tenido mayor acceso a miles de menores de edad y los operativos de asistencia tienen mayor capacidad de respuesta, pero lo importante ahora son los fondos.
La distribución de más agua potable inmediatamente es crucial para salvar las vidas de cientos de miles de niños, pero los llamados de ayuda han tenido una respuesta lenta.
Crisis y vacaciones
La Oficina para la Coordinación de Ayuda Humanitaria de Naciones Undias (OCHA, por sus siglas en inglés) afirma que de los US$450 millones que se han pedido en asistencia, hasta ahora se han logrado recaudar US$148 millones.
Elizabeth Byrs, portavoz de OCHA para asuntos humanitarios, dijo a BBC Mundo desde Ginebra, Suiza, que a pesar de que todavía faltan unos US$311 millones por recaudar, la respuesta se ha acelerado desde que el secretario general de la ONU Ban Ki-moon visitara la región y reiterara el pedido.
"Esta mañana estábamos a solo 20% del total, pero después de las exhortaciones de Ban Ki-moon, hemos llegado al 32%", aseguró Byrs.
Sin embargo, el envío de fondos continúa siendo lento si se compara con otros desastres recientes como el terremoto en Haití, donde la respuesta fue mucho mayor y rápida.
Elizabeth Byrs explica que esto se debe a la naturaleza de la tragedia en Pakistán. "No fue algo que sucedió súbitamente", dice.
"Empezamos a escuchar en la prensa sobre las lluvias y algunas inundaciones a nivel regional a finales de julio, de repente se convirtió en un desastre nacional de enormes magnitudes. Nos tomó por sorpresa, hasta ahora nos estamos dando cuenta del tamaño del desastre".
No sucede como en un terremoto o un tsunami, señala la funcionaria de OCHA. "No hay ese shock psicológico cuando todo se destruye y uno ve a todos los muertos y los heridos. Las inundaciones son un proceso más lento".
Una de las preocupaciones de las agencias de socorro es que esta tragedia se da en un momento en el que la gente está de vacaciones, un posible factor en la respuesta limitada de la comunidad internacional.
A esto se añade la crisis económica mundial, en la que muchos de los países donantes están pasando por un período en el que se están apretando el cinturón.
"Lo vemos en todos los programas de asistencia humanitaria. Todos han visto reducidos sus ingresos", declaró Byrs.
Lento pero seguro
Pero hay otros factores. Aunque Elizabeth Byrs se abstuvo de entrar en el campo de la especulación política, la reciente inestabilidad en Pakistán, con una evidente y violenta insurgencia islámica puede haber distanciado a potenciales benefactores.
Igualmente, la muy criticada gira europea del presidente pakistaní Asif Ali Zardari mientras el mundo veía las imágenes de los damnificados de las inundaciones, dejó la sensación de que los propios líderes del país no estaban muy interesados.
Pero hay otros que se mantienen optimistas ante las perspectivas de socorro.
En el Reino Unido, antigua potencia colonizadora de Pakistán, el Comité de Emergencia para Desastres (DEC, por sus siglas en inglés) da un parte positivo sobre la recaudación de fondos.
Caroline Hickson, directora ejecutiva interina de una de las agencias afiliadas a DEC, comentó a BBC Mundo que la magnitud del desastre se está haciendo más aparente y, al mismo tiempo, la respuesta del público.
"La asistencia está creciendo día a día", manifestó. "Antes le estábamos llegando a 80.000 personas y, en días recientes, hemos ampliado los operativos a 250.000 personas".
Hickson insiste en que la ayuda sí está llegando, pero se debe reconocer la magnitud de la tragedia y la asistencia debe continuar, no sólo ahora, sino en los años por venir.
"Estamos recibiendo unos US$1,5 millones al día. Y si alguien se pregunta '¿qué diferencia pueden hacer unos dólares?', le digo que US$40 pagan por 5.000 tabletas de purificación de agua. Eso hace una gran diferencia cuando hablamos de la amenaza del cólera", indicó Caroline Hickson.
La funcionaria de DEC afirmó que el público británico está dispuesto a colaborar cuando se trata de un desastre de la naturaleza, no importa de qué gobierno o país se trate.
No obstante, la situación es dramática a corto, mediano y largo plazo. "Tomarán años y cientos de millones para recuperar la economía y tendrá largas consecuencias para la población", se lamentó Elizabeth Byrs de OCHA.
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