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Un colectivo de estudiantes de la escuela universitaria católica DeLaSalle ubicada en Kansas City, estado de Missouri, junto con su profesor y acompañados por un grupo de ingenieros del centro técnico de la compañía Bridgestone de Ohio, han ensamblado un carro eléctrico que podría establecer un récord mundial de eficiencia.
El vehículo, realizado como un proyecto de clase, se construyó sobre un chasis de un Lola Indy Car 2000. Los inventos propios del equipo de jóvenes, liderados por el instructor escolar Steve Rees, son el motor, el sistema de propulsión eléctrico y toda la carrocería aerodinámica ultraligera del vehículo que es transparente por completo.
El carro fue llevado a un polígono de pruebas en Texas, cerca de El Paso y la frontera mexicana, donde se ha desarrollado recientemente una serie de ensayos. Mientras la velocidad máxima del espécimen, por supuesto, está lejos de alcanzar a la de un deportivo, los constructores lograron llegar a un nivel de eficiencia energética inesperadamente alto.
Dado que se trata de un vehículo eléctrico, este índice se evalúa no se mide directamente en 300 millas por galón o 7,8 litros de gasolina gastados para recurrir 100 kilómetros de distancia los que equivale aproximadamente a 78 kilovatios-hora por 100 kilómetros.
Siendo inspirados con este logro, los estudiantes han enviado la solicitud para el registro del récord demostrado por su prototipo al Equipo de administración de Récords Guinness.
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