El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, designó a dos veteranos políticos al frente de una comisión independiente que investigará el derrame de petróleo en el Golfo de México.
El anuncio se produce en medio de críticas a la respuesta del gobierno tras el desastre ecológico ocurrido el pasado 20 de abril.
Obama nombró al ex senador demócrata Bob Graham y a William Reilly, ex jefe de Medio Ambiente bajo un gobierno republicano.
El presidente dijo que quería asegurarse de que un desastre como el ocurrido no se vuelva a repetir.
La comisión tiene seis meses para elaborar un informe.
El derrame de petróleo comenzó hace más de un mes, cuando la plataforma petrolera Deepwater Horizon -administrada por la compañía British Petroleum (BP)- estalló en llamas en el Golfo de México.
Un total de 11 personas murieron tras la explosión que a su vez provocó el derrame diario de miles de litros de petróleo en el océano.
El derrame llegó a Luisiana y amenaza a Florida y a Cuba.
Responsabilidades
Hasta el momento, BP ha llevado el peso de la indignación pública sobre el derrame, pero los analistas dicen que ahora también existe una creciente sensación de ira hacia el gobierno.
Durante su programa semanal de radio y a través de internet, Obama señaló que ningún empleado del gobierno o funcionarios elegidos integrarán el panel de siete miembros. Los otros cinco integrantes de la comisión todavía no han sido nombrados.
Reilly fue el jefe de la Agencia de Protección Ambiental bajo la presidencia de George Bush padre, mientras que Graham fue senador desde 1987 hasta 2005.
"El propósito de esta comisión es considerar las causas de la catástrofe y ofrecer las precauciones que necesitamos en las áreas de ambiente y seguridad para evitar que un desastre similar vuelva a ocurrir", señaló el mandatario.
Obama afirmó que el gobierno estaba haciendo todo lo posible para ayudar a los pescadores, así como a empresas y a comunidades afectadas por el derrame.
Sin embargo, el presidente de Estados Unidos anunció que la comisión también investigará si se pudo haber hecho más para evitar el desastre.
"Mientras hacemos responsable a BP, también debemos hacerlo con Washington", agregó.
Por otra parte, el mandatario rechazó los llamados para detener la expansión de su programa de perforación petrolífera en aguas profundas, a raíz del derrame.
"El Golfo de México puede desempeñar un papel importante para asegurar nuestro futuro energético", expresó Obama.
"Sólo podemos realizar perforaciones mar adentro si tenemos garantías de que un desastre como el de BP no ocurrirá de nuevo", añadió.
Operación "top kill"
La Casa Blanca defendió de nuevo este viernes su gestión de la catástrofe causada por el vertido de petróleo en el Golfo de México, mientras aumenta la frustración ante la aparente incapacidad de la compañía British Petroleum (BP) para contener el derrame que se inició hace más de un mes.
Robert Gibbs, portavoz presidencial, aseguró en rueda de prensa que están haciendo "todo lo humana y tecnológicamente posible" para hacer frente a marea negra.
Por otro lado, el director de operaciones de BP, Doug Suttles, indicó este viernes que los trabajos para taponar de manera permanente el flujo de petróleo que sale del pozo se llevarán a cabo a principios de la semana que viene y no el domingo como se había informado en un principio.
La operación, denominada "top kill", consistirá en la introducción en el lugar de la fuga primero de líquidos pesados y después de lodo y cemento que al endurecerse debería taponar el vertido.
Desde hace unos días, y como solución temporal, BP está almacenando parte del petróleo del vertido en un buque a través de un tubo de kilómetro y medio de longitud que se insertó en el pozo.
Este viernes la compañía redujo a la mitad las estimaciones del crudo que está recogiendo.
Según le dijo a la agencia de noticias Reuters el portavoz de la empresa, John Curry, en el período de 24 horas que concluyó en la medianoche del jueves se recuperaron 2.200 barriles de crudo, frente a los 5.000 barriles de los que se había informado en un principio.
"El flujo cambia, no es constante", afirmó Curry.
En cualquier caso, no se sabe con seguridad la cantidad de petróleo ha estado emanando de la tubería submarina.
BP estimó al comienzo que se estaban derramando unos 5.000 barriles de petróleo al día, aunque científicos independientes han calculado que el vertido es diez veces mayor.
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