Los ciudadanos en la Costa del Golfo de Luisiana se muestran indignados por la tardanza de BP en gestionar las obras para tapar la fuga de petróleo, a causa de la cual ha tenido que cerrarse recientemente la playa de Grand Isle, al sur de Nueva Orleans, después de que aparecieran en ella charcos de crudo, informa la agencia APTN.
Las autoridades locales están esperando a que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército les dé permiso para construir barreras de arena frente a las islas y los pantanos.
El comandante de los guardacostas estadounidenses, Thad Allen, afirmó que comprende la frustración de los ciudadanos ante la incapacidad de BP para detener el vertido de crudo y agregó que es normal que se tenga esa sensación cuando no se puede hacer nada para resolver un problema tan grave.
Según una ley estadounidense que fue aprobada a raíz del vertido del Exxon Valdez en Alaska en 1989, las petroleras son responsables de la gestión de los grandes accidentes, incluyendo la indemnización por la limpieza, mientras que las agencias federales se dedican únicamente a la supervisión.
Según BP, la operación para tapar la fuga que ha vertido ya al menos 23 millones de litros de crudo, no empezará hasta el martes, porque los ingenieros tienen que instalar el equipamiento y llevar a cabo varias pruebas.
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