La compañía British Petroleum ha reiniciado la técnica de limpiar la marea negra en las aguas del Golfo de México con disolventes químicos que destruyen el petróleo.
Según informó BP, la empresa "consiguió el acuerdo de las autoridades federales de EE. UU. para dispersar en la zona del derrame los elementos químicos". Según la compañía, esta medida fue apoyada por la Agencia de Protección del Medio Ambiente y ya se iniciaron las operaciones. Las sustancias se desparraman bajo el agua desde un barco submarino manejado a distancia.
La compañía BP ya trató de aplicar las sustancias químicas para eliminar la mancha, pero se vio obligada a frenar las operaciones para asegurarse de que los dispersantes no hicieran daño al medio ambiente.
La medida fue anunciada de nuevo tras varios intentos fallidos de contener el derrame petrolero. Particularmente utilizaron una enorme cúpula metálica de 98 toneladas que se sumergió a 1.500 metros, pero no logró la meta principal de sellar el pozo y controlar la fuga de petróleo. Ante esta situación, los expertos estimaron que BP no podría contener la expansión del vertido de petróleo en los próximos días. Según ellos, la catástrofe ecológica podría durar hasta unas semanas más.
Entre otras medidas para minimizar las consecuencias del accidente, los expertos de British Petroleum están considerando bloquear la avería con pelotas de golf y neumáticos viejos. Sin embargo, los especialistas suponen que la operación podría verse obstaculizada por la gran profundidad en la que se ubica la tubería estropeada, alrededor de 1,5 kilómetros.
Desde que se produjo la explosión en la plataforma de BP en el Golfo de México el 20 de abril, se han vertido en el agua al menos 13 millones de litros de crudo. Además, tras el accidente perecieron 11 obreros. Por el momento se calcula que el pozo está vertiendo al mar unos 800.000 litros de crudo al día. Según el Gobierno estadounidense el accidente puede llegar a ser el desastre natural más grande que ha conocido el país.
Mientras tanto, los representantes de la compañía BP han iniciado una investigación sobre las causas de la explosión. Intentan esclarecer por qué en el momento de la avería no funcionó el dispositivo 'anti-explosión' instalado en el fondo del mar. Durante el accidente del 20 de abril este equipo no bloqueó el flujo de crudo de las tuberías afectadas. La empresa aseguró que había revelado todos los resultados tras la investigación.
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