Las autoridades de Río de Janeiro empezaron la demolición de casas en zonas de riesgo en ocho favelas para evitar muertes tras las peores lluvias en décadas —que comenzaron la semana pasada—, declaró el alcalde de la ciudad, Eduardo Páez.
Debido a la aglomeración de las construcciones, los deslizamientos de tierra y barro causaron un gran número de muertes, y dejaron cientos de viviendas destruidas. Según los últimos datos, por lo menos 230 personas fallecieron y más de 50 mil quedaron sin hogar.
Mientras tanto, el presidente Lula da Silva prometió ayuda sin “límite” para los damnificados.
“Haremos todo lo que sea necesario [para ayudar a Río]”, dijo Lula en su programa semanal de radio. El domingo, el gobernador Sergio Cabral anunció que el Gobierno Federal prestará a Río 2.295 millones de dólares para atender daños y que 554 millones de dólares de esa suma serán para un plan de viviendas y remoción de favelas en áreas de riesgo.
Una suma de 210 dólares al mes será destinada a cada habitante de favelas para que pueda alquilar un piso y después le sea otorgada una vivienda municipal.
La labor de rescate en los cerros afectados por las lluvias en Río de Janeiro se ha ido haciendo cada vez más difícil conforme se llega a estratos más profundos en la tierra desplazada.
Gracias a actualidad.rt
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