Mientras aún se encuentran cuerpos sepultados por los derrumbes que generaron las lluvias en Río de Janerio, las autoridades decidieron implementar nuevas normas para proteger la vida de los habitantes, entre las que está la orden de desalojo obligatorio para las familias que tengan sus hogares en sitios de alto riesgo.
Las autoridades brasileñas intensificaron este sábado las medidas para evitar que en los lugares afectados por el temporal lluvioso de los últimos días en el sureste del país, se incremente la cifra de 214 fallecidos por los deslaves e inundaciones, sin embargo estiman que las víctimas puedan llegar a 350.
Datos oficiales informan que hasta el momento se han recuperado 214 cadáveres, en tanto, el gobernador del estado de Río de Janeiro, Sergio Cabral, informó que los equipos de rescate buscan cerca de 150 desaparecidos en la favela Morro do Bumba, en Niteroi.
Ante la peligrosidad de los derrumbes, la Alcaldía de la ciudad de Río (este) publicó un decreto en el que ordenó el desalojo obligatorio de todos los habitantes que estén en zonas de riesgo.
De hecho, este viernes, la autoridad local, Eduardo Paes, informó sobre el desalojo de 158 barrios que están en peligro por los deslaves, y enfatizó que ordenará a la Policía a "utilizar la fuerza" en caso de que las personas que viven en esas zonas no quieran desalojar el lugar.
Para aplicar el decreto, la Alcaldía elaboró un mapa que detalla las áreas que pudiesen verse mayormente afectadas pues presentan una posibilidad "más intensa" de sufrir deslizamientos.
Tanto el gobierno regional como el local coincidieron en que las administraciones anteriores no tomaron medidas para evitar los trágicos escenarios que están viviendo las personas establecidas en casas precarias construidas entre cerros.
Paralelo al temporal, olas gigantes se formaron en la Bahía de Guanabara, de Río de Janeiro, mientras que el mar entró a una parte del segundo aeropuerto de la ciudad, el Santos Dumont.
El Instituto Nacional de Meteorología de Río de Janeiro, señaló que entre el lunes y martes cayó en Río de Janeiro más del doble de la lluvia esperada para todo el mes de abril.
La tragedia del estado brasileño se produjo tres meses después de las 52 víctimas fatales que dejó un derrumbe en un hotel de Ilha Grande y Angra dos Reis, al suroeste de Brasil, provocado por las fuertes lluvias que cayeron en los primeros días del mes de enero.
También, cerca de 150 personas fallecieron por los temporales que afectaron desde el pasado mes de diciembre hasta principios de enero a las regiones sur y sureste de Brasil según informó la secretaria nacional de Defensa Civil, Ivone Valente.
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