Un fuerte terremoto que sacudió el noroeste de la República Popular de China el miércoles 14 de abril dejó un saldo de unas 10.000 personas heridas y unas 600 víctimas mortales, 56 alumnos de escuelas locales y 5 profesores, entre ellas.
Por el momento, más de 20 alumnos y 25 estudiantes de un colegio técnico-profesional han podido ser rescatados. Se informa de que 36 niños más podrían seguir sepultados en una de las escuelas derrumbadas.
Centenares de personas todavía están atrapadas en edificaciones destruidas de la zona afectada. Las labores de rescate, que se realizan por el Ejército Popular de Liberación chino, se ven obstaculizadas por la falta del equipamiento adecuado. Los militares deben valerse en muchos casos exclusivamente de sus propias manos para la búsqueda de heridos bajo los escombros. Se informa, además, de la carencia de tiendas de campaña para albergar a los afectados.
La televisión estatal china informa que el terremoto tuvo una magnitud de 7,1 grados en la escala de Richter. Según los datos del Centro Estatal de Controles Sísmicos de China, las oscilaciones del suelo se registraron a las 7:49 de la mañana (hora local) y fueron seguidas por 18 réplicas más, la mayor de ellas de magnitud 6,3.
El epicentro del sismo se ubicó en la prefectura de Yushú (Provincia de Qinghai) cerca del centro administrativo Gyegu, a una profundidad de 33 kilómetros.
El centro administrativo de la prefectura cuenta con una población de cerca de 100.000 habitantes y resultó extremadamente afectado ya que se calcula que un 85% de sus edificios quedaron en ruinas.
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