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Martes 21 de Junio de 2011
La explotación de hidrocarburos genera beneficios para los bolivianos, porque abastece necesidades y por otro lado significa ingresos económicos, sin embargo, las políticas nacionales, según expertos, no están siendo enfocadas al aprovechamiento de estos recursos para el bien de la sociedad, al contrario están poniendo en riesgo las reservas naturales.
La actividad petrolera es una de las que más impactos generan a nivel local y global. Las distintas fases de la explotación petrolífera provocan destrucción de la biodiversidad y del ambiente en general, apuntó Marco Gandarillas, especialista en hidrocarburos del Centro de Estudios y Desarrollo Integral – Bolivia (CEDIB).
Según estudios de expertos publicados por la red internet, cada una de las etapas de la actividad petrolera produce una serie de impactos ambientales de gran importancia a la biodiversidad y al medio ambiente en general.
La zona de mayor biodiversidad en Bolivia se encuentra en los bosques tropicales de la Amazonía y es en estos lugares donde se producen y se han producido graves impactos en la naturaleza y en muchos casos no fueron ni remediados de forma inmediata.
En Bolivia existen actualmente 22 áreas protegidas, que abarcan una superficie de más de 170 mil kilómetros cuadrados, ocupando el 15,5% del territorio boliviano, de acuerdo a un informe del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP).
Datos de este organismo señalan que en el sector de Hidrocarburos se viene efectuando una sobrexplotación y exploración hidrocarburífera en áreas protegidas como el caso de Madidi La Paz-Beni, Pilón Lajas-Beni, Isiboro Sécure, Amboró-Santa Cruz, Carrasco-Cochabamba, Manuripi-Pando, Iñao-Chuquisaca y Aguaragüe-Tarija.
Marco Gandarillas, explicó que el aprovechamiento de gas y otros derivados no están teniendo un control total del Estado, sino que se sigue bajo reglas internacionales y los beneficios no son totalmente para Bolivia.
La demanda de empresas transnacionales a través de acuerdos con empresas petroleras es de ingresar a zonas o reservas naturales que debían ser protegidas por el Estado; “es ahí donde en la actualidad se está concentrando la mayor explotación, generando impactos irreversibles”, apuntó el experto.
Según lo estipulado en la Nueva Constitución Política del Estado, estas zonas deberían no ser intervenidas o tener los mínimos impactos posibles por diversas actividades, pero hasta el momento es mínimo el porcentaje de tierras que no se encuentran intervenidas.
Existen empresas como Repsol y otras que durante muchos años han tomado lugares como el río Madre de Dios con más de 1000 hectáreas, en las cuales se genera intensa explotación, sin embargo los controles por parte del Estado no son absolutos.
Gandarillas aseguró que, con el ingreso a áreas protegidas se corre el riesgo de mayores pérdidas económicas para el país, por los impactos en el medio ambiente y la disminución del flujo turístico, tomando en cuenta que la mayor producción de hidrocarburos en Bolivia va destinada a la exportación.
La penetración en estas zonas y las malas direcciones que se dan en la explotación de los recursos está generando una pérdida doble, situación que no fue analizada por autoridades de gobierno, subrayó.
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